martes, 3 de febrero de 2009

El robobo del gogoya

La realidad siempre supera la ficción, eso es incuestionable.
No se si alguien sabe que el otro día dieron los premios Goya. Sí esos premios que los académicos del cine español se dan a sí mismos siguiendo criterios como: el amiguismo, el deslumbramiento por la presencia de una estrella internacional, que el tema de la peli sea políticamente correcto o socialmente aconsejable, que el productor se deje una pasta invitándolos a cenas, tapas y cañas,… bueno y esas cosillas. Ah! y también la calidad de la película, (claro, claro, se me olvidaba, qué cabeza tengo!)
Vamos que viene a ser algo igual de falso que los Oscar, pero a lo español… y este año, además con los Ácaros! (Sí, si, así se les conocía a los del Muchachada Nui en Bellas Artes de Cuenca, cuando pintaban esos cuadros tan bonitos de Super ratón asesino)

En fin, podría pasarme un rato largo criticando los premios de cine, las galas de los premios de cine, las películas que ganan los premios de cine, las tonterías que se dicen en las galas de los premios de cine, etc, etc. Pero no me apetece perder el tiempo. Así que contaré lo único interesante que ha sucedido en esta edición de los Goya:
El robo del Goya al mejor documental.

Resulta que los ganadores, los perdedores y los demás académicos se van de marcha después de la gala, para emborracharse por ganar, por perder, o porque sí. Y claro, mientras tanto ¿dónde dejan los Goya? Pues en el guardarropa de la discoteca, claro, con el abrigo y la bufanda, ¿dónde si no? Al menos eso hizo Albert Solé, el ganador del Goya al mejor documental. Y estaba tan contento que se quedó hasta el final de la fiesta. Entonces un tipo con gafas, (crítico de cine en paro), va a por su abrigo, ve el Goya sólo y desvalido y decide apadrinarlo. “Déme el abrigo y el Goya”, le dice a la chica del guardarropa. Y ella se lo dio. Claro, ¿quién va a conocer al ganador del Goya al mejor documental? Si hubiese sido a la mejor actriz de reparto, seguro que la chica se hubiese dado cuenta de que el tipo de las gafas no era Penélope Cruz.

A la mañana siguiente, el tipo con gafas se levanta, ve el Goya en la estantería y piensa: “Ah! ¿Qué no era un sueño?” “No, no, chato, no, menuda cogorza llevabas ayer”, le contesta el Goya. Entonces el tipo con gafas se acuerda del dueño de aquel cabezón y se dice a sí mismo: “Jo, no le ha tenido que hacer ninguna gracia, eh?” “¿Tu qué crees?” le contesta el Goya. Así que se da una ducha para despejarse, se toma un Cola Cao, y como el Goya no paraba de contarle los cotilleos de la gala, pues decide devolverlo. “Vaya coñazo de Goya! – piensa – Pero ¿cómo lo devuelvo?, ¿se lo doy a la chica del guardarropa?, ¿se lo mando a Ángeles González Sinde?, ¿lo dejo en objetos perdidos?” Y de pronto su mente se ilumina y decide llamar al periódico más discreto de España: El Mundo! “Si, - piensa - se lo llevaré a Pedro J, él sabrá que hacer”. Así que llama a la redacción de El Mundo y queda con un redactor en El templo de Debot. “Llevaré gafas, un Goya en una bolsa del Caprabo y una flor en el ojal”, le dice para que lo reconozca.

Luego le cuenta al redactor que no quería robarlo, pero que lo vio allí, tan solico, que le dio pena. Y después le contó que en realidad era un acto reivindicativo: "En este país el cine español siempre es igual. Tiene mala calidad, las subvenciones y los premios se los llevan siempre los mismos. Con esto me gustaría llamar la atención sobre el sectarismo y el nepotismo que imperan en el cine. Es un mundo cerrado, de amiguismo, donde es imposible conseguir un trabajo si no tienes enchufe" (www.europapress.es)
Anda ya, hombre! ¿estás hablando del cine español? Nooo….

Bueno, luego Pedro J guardó el Goya en su caja fuerte, (junto a las pruebas del espionaje interno del PP que le dio Santa Espe). Y al rato la Real Academia de Cine Español mandó a un emisario a buscar el preciado premio. A esto, Albert Solé, desde Barcelona, estaba muy cabreado con ese tipejo con gafas delincuente, pero decidió no poner una denuncia para no darle protagonismo. Pero chico, ¿tu estás tonto? Con la publicidad que esta historia le va a dar tu peli, seguro que ahora uno o dos despistaos se dejan caer por la sala de cine, deberías darle las gracias al tipo con gafas. Y que El Mundo lo contrate como crítico de cine, que se lo ha ganao, hombre!

Y hasta aquí la historia del robobo del gogoya. Lo he titulado así como homenaje a esa gran película de Martes y trece, El robobo de la jojoya. Obra maestra del cine español, que no ganó ningún Goya porque el mundo es injusto y no tenían presupuesto para cañas.

Adjunto el link de la noticia en El Mundo, para que veáis que no me lo he inventado: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/02/02/cultura/1233610201.html