viernes, 10 de septiembre de 2010

Reminiscencias del Valle de Gwangi

El valle de Gwangi (Jim O'connolly, 1969), es una de las pelis más freakis de la historia. Trata de unos cowboys que descubren un valle lleno de dinosaurios. Entonces luchan con uno de ellos, Gwangi, y lo acaban apresando con sus lazos de cowboy, en una escena supercreible. Luego lo llevan al circo y lo exhiben cual King Kong. Y él, cual King Kong, se escapa y siembra el pánico. Entonces los protas se refugian en la catedral, (Alto! spoiler), donde Gwangi acabará sucumbiendo preso de las llamas que provoca un candelabro. Pero lo mejor de esta película es que está rodada en Cuenca: El valle es la Ciudad Encantada, la catedral es la mismísima catedral de Cuenca, y los extras vestidos de seudomejicanos, son vecinos del casco antiguo.  Me he acordado de esta gran peli, al leer la noticia de que se ha presentado en sociedad el fósil del dinosaurio jorobado Concavenator Corcovatus, encontrado en Las Hoyas, Cuenca,  en el llamado Triángulo de oro de los dinosaurios de Europa occidental. Y he pensado: "Ese Jim O'connolly era un visionario, maldita sea!". Él, ya sabía en 1969 que Cuenca había sido lugar de dinosaurios. Es más, todavía queda alguno paseandose por allí...

Hoy Cuenca es una de las candidatas a capital europea de la cultura 2016 y para promocionarse han hecho este vídeo digno de la BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones). Pero ¿dónde vais con ese vídeo almas de cántaro? ¡Ay, si Jim O'connolly levantara la cabeza! Con el filón de cosas surrealistas que hay en Cuenca que la harían destacar por encima de las demás candidaturas, hombre!  No sólo tenemos a Gwangi, también está la ET, una mendiga/camello que insulta a los turistas en la puerta de la catedral y que parece sacada de Viridiana de Buñuel. Incluso fue protagonista de un Cuarto Milenio, Iker Jimenez, con su acostumbrada perspicacia, decía que era el espíritu de un monje gigante del siglo XII.

Y es que Cuenca, como dice el lema, es única. Ya lo creo, pues es ese sitio donde la gente es capaz de pasar de Bob Dylan, más aún de lo que Bob Dylan pasa de ellos, en un concierto poco concurrido y con chuletada final, (como ya conté en este blog). Un lugar rodeado de rotondas, cada una con su escultura característica, todas preciosas! Y donde se construyen cosas sin sentido, como el Recinto Ferial de Moneo, un edificio acristalado supermegamoderno, que han situado en un solar lleno de matojos y rodeado de naves cutres. ¡Queda de bonito y de bien integrado en el entorno!... Pero lo mejor es que tiene unas puertas de cristal tipo abanico, que no las cierran porque "es muy difícl", (dicen), entonces, han rodeado el edificio de unas vallas de obras, (perfectamente integradas también). Y ahora no saben que hacer con el edifico, porque como no se puede cerrar... En fin, esta historia me recuerda al capítulo de Los Simpsons sobre el monorail. Que acaba con el fiasco del monorail y Marge enumerando las cosas absurdas que se habían hecho en el pueblo: "El rascacielos de mondadientes, la lupa de 15 metros, las escaleras mecánicas que no conducían a ninguna parte..."  Definitivamente, Cuenca se parece cada vez más al Springfield. Es más, si los Simpsons fueran españoles serían conquenses! Ahora se habla de construir en Cuenca un monorail para conectar la ciudad con la próxima estación del Ave.... (chan chan chan chan)

Así que tras mucho deliberar, propongo el lema de: "Cuencafield 2016 capital europea de la cultura surrealista" Acompañado de un vídeo donde Gwangi y el dinosaurio jorobado Concavenator Corcovatus, tras destruir todas las esculturas de las rotondas que protegen la ciudad, llegan al Recinto Ferial de Moneo para enfrentarse a los insultos de la ET. Entonces, saliendo de la niebla aparece un monrail conducido por Iker Jimenez, que salva a la ET y con la ayuda del espiritu de un monje gigante del siglo XII, logra cerrar las jodidas puertas del Recinto, dejando a los dos dinosaurios atrapados allí para siempre... Y como la banda sonora, la música de los Simpsons, por supuesto. ¡Los europeos van a flipar!

Uf!, creo que no tendría que haberme tomado esas pastillitas blancas de aspecto inofensivo. Tienes toda la razón Gwangi.