domingo, 30 de mayo de 2010

Misterios sin resolver

Parece ser que hay muchos misterios sin resolver tras el final de Lost. Yo no puedo opinar porque no he visto ni un capítulo. (Sí, lo confieso públicamente, ¿qué pasa?). La verdad es que un día intenté verlo, pero no me enteré de nada y cambié de canal. Ahora, después de ver la decepción de la gente, (véase un ejemplo), me alegro de no haberla visto.

Pero no son los misterios de Lost los que me preocupan, sino las cosas extrañas que pasan en mi casa. Últimamente no hago más que encontrar bolitas pequeñas de metal. ¿De dónde salen? ¿será una nueva evolución de los insectos? ¿serán los excrementos de bichos extraterrestres tipo Mordisquitos de Futurama? ¿Qué diría de esto Iker Jiménez? ¡Ah!, no puedo vivir con esta tensión! Es como aquel día que sonó el teléfono y cuando contesté una voz artificial me dijo 4 números y colgó. Me pasé varios meses sintiéndome culpable por no haber anotado aquellos números. ¿Y si era el código que podía salvar a la humanidad de una catástrofe nuclear? Entonces, dejé de ver pelis malas y la culpabilidad se fue.

Otro misterio sin resolver son los agujeros negros, yo los he tenido en todas las casas en las que he vivido. Son esas regiones finitas del espacio-tiempo donde caen cosas y desaparecen. Los agujeros negros tienen especial predilección por las cosas pequeñas, como los clips, las chinchetas, las gomas y los marcapáginas. ¿No os pasado nunca que os desaparecen esas cosas? Son los agujeros negros de vuestra casa, cuidado con ellos! A mi también me han desaparecido libros, pero empiezo a pensar que los he prestado y no se a quién… Otro misterio que he resuelto hace poco, es el dónde van a parar los restos de la goma de borrar. Yo pensaba que se desintegraban antes de llegar al suelo, pero desde que vivo en una casa con el suelo blanco, he descubierto que no, que se quedan ahí. Así que aunque no los veáis, pasad la escoba, si no, corréis el peligro de que se junten y formen un agujero negro que se tragará vuestros clips. (Esta teoría todavía no está probada) Otra teoría que estoy barajando es la posibilidad de que los agujeros negros se traguen tus cosas y te devuelvan bolitas pequeñas de metal. Tendré que consultarlo con Stephen Hawking…

También me perturba mucho eso de vivir en un último piso y escuchar por la noche que alguien mueve muebles en el tejado. He llegado a la conclusión de que son las putas palomas que quieren torturarme. ¿Qué ha pasado con el concurso para matarlas del ayuntamiento? ¿se lo han encargado a los mismos que hicieron el software para el referéndum de la Diagonal?

La verdad es que nuestra sociedad está llena de misterios sin resolver: ¿Cómo le quitan la cafeína al café? ¿o la teína al té? ¿y la lactosa a la leche? ¿puede existir un dónut light? ¿es música el reggaeton? ¿las obras son para mejorar tu ciudad?... ¿Es todo esto cierto o es una tomadura de pelo como la democracia o el trabajo no remunerado?  En fin, hay tantas cosas incoherentes en el mundo que creo que lo único útil que puedo hacer es mantener vigiladas a las bolitas de metal. Tranquilos, yo me encargo.

martes, 18 de mayo de 2010

Señoras del Facebook

Anoche soñé que encontraba unos zapatos de tacón de aguja en un cajón de mi cuarto. Yo no uso tacones, porque me parecen instrumentos de tortura; además como mido 2,10 metros, no me hacen falta. Entonces, en el sueño, llamo a una amiga, que sí los usa, para que venga a probárselos. Le explico que habían aparecido en mi cajón de repente. Entonces ella me pregunta: “¿Te han devuelto ya lo de la declaración de la renta?” Y yo le digo que no. “Ah, pues va ser eso, - me dice- es que ahora con la crisis, lo hacen así”. Entonces me desperté, agobiada, pensando que cualquier día se podía colar un inspector de hacienda en mi casa, para dejarme unos zapatos en un cajón. Joder, Qué pesadilla tan absurda!

El sueño me dejó muy preocupada, y cuando estoy así me distraigo haciendo chorradas. Por eso hoy he creado un grupo de esos de “Señoras” en el Facebook. Se llama Señoras que escuchan a Queen porque son monárquicas. (He puesto un fotomontaje y todo, de esos que tanto gustan a la casa real). Me hacía mucha gracia imaginar a una señora, con rulos y bata de guatiné, pasando el aspirador al ritmo de I want to break free, cantándola en inglés inventaó y parándose de vez en cuando para hacer observaciones tipo: “Uhh, qué vozarrón que tiene la reina, madre de Dios!”

Pero ha sido difícil crear un grupo de señoras que no existiera ya. Las señoras hacen de todo en el Facebook: Se ponen una bolsa en la cabeza cuando llueve, se guardan las mejores bragas para cuando van al médico, quedan para andar, van paseando y se paran en seco para dramatizar la conversación, se pegan y se empujan por conseguir algo gratis, discuten para ver quien está más enferma, nadan sin mojarse la cabeza para no estropearse el peinado, empujan a Benedicto XVI y lo tiran al suelo, cantan alto en misa, echan la tarde en el ambulatorio, se ponen la chaqueta sin usar las mangas, etc, etc… Son el nuevo fenómeno de Internet. Incluso hay un tipo que ha hecho un corto que se llama Señoras, el corto. (No se ha quebrado mucho la cabeza buscando un título).

A mi todas estas señoras me recuerdan a la tía Laura, una tía de mi madre que tiene 315 años y sigue viva. La tía Laura hace todo lo de las señoras del Facebook, y además cotillea todo lo cotilleable, (cada vez que te ve, te hace un interrogatorio), anda muy rápido, habla más rápido todavía y dice todo el tiempo: “Uhhh” (Bueno, en realidad, es lo único que se le entiende). La tía Laura es “La señora”. Deberían hacer una serie sobre ella en TVE donde se liase con un cura. Sí, ya se que ya hay una serie sobre eso, pero con ella de protagonista tendría más gracia.

En fin, supongo que todos conocemos una tía Laura que hace esas cosas del Facebook, hay muchas tías Lauras en este país. La duda que yo tengo es ¿acabaremos igual que ellas o es una cosa generacional? El otro día, estuve a punto de preguntarle a un niño en el ascensor aquello de: “¿Y tu de quien eres, majo?” Afortunadamente no llegué a hacerlo. Sin embargo estoy muy preocupada, porque escuché a unas señoras en el metro decir: “cómo está la juventud!”, refiriéndose a unos adolescentes que hablaban a gritos y escuchaban música horrible desde su móvil, y estuve de acuerdo con ellas. ¡Dios mío, me estoy convirtiendo en una señora! ¡Acabaré colándome en la cola del pescao, saliendo en bata y zapatillas a comprar el pan, guardándome el pañuelo en el sujetador y peinándome como David Lynch! Y para colmo, seguro que un inspector de hacienda entra en mi casa, me roba la pensión y me deja en su lugar unos zapatos de tacón, que no podré ponerme porque tendré juanetes! Que suene el despertador! Que suene el despertadooor!

domingo, 16 de mayo de 2010

Pan y Fútbol

Es duro, muy duro, vivir en un país como este y que no te guste el fútbol, es más y que ¡odies el fútbol! Los antifutboleros somos unos incomprendidos, casi tanto como los votantes de Izquierda Unida o los fans de los Village People.

Hoy me he enterado de que el Barça ha ganado la liga. ¿Cómo? ¿mirando la televisión? Noo, ¿escuchando la radio? Tampoco. Hace varias horas que los hinchas futboleros están tirando petardos, lanzando fuegos artificiales, pitando con los coches y cantando el oeoeoe… ¡¡¡Qué pesaaaooos!!! ¿Es que no pueden hacer una celebración silenciosa? Por no hablar de cómo amanecerá mañana la Fuente de Canaletas y alrededores.

Y luego tenemos que aguantar que digan que el fútbol es cultura…. ¿Os imagináis a los fans de Theo Angelopoulos, por poner un ejemplo, celebrando la Palma de Oro, dando vueltas con sus coches por las calles de Cannes, pitando y gritando “Theeo, Theeo, Theooo…”? ¿O a los científicos celebrando el Novel de Stephen Hawking, por poner otro ejemplo, bailando sobre un agujero negro y lanzando fuegos artificiales al universo? ¿Y a los lectores de Eduardo Mendoza, homenajeándolo por ganar el premio Planeta cantando:   “O le lé, o la lá, el Mendoza ès el millor que hi ha”, mientras destrozan los comercios de las Ramblas? Pero no hace falta irse tan lejos, los hinchas de los equipos de baloncesto no arman este escándalo, tampoco los forofos del tenis o del Voley playa. Ni siquiera me imagino a los seguidores del equipo finlandés de curling celebrando una victoria de su equipo quemando Helsinki, y mira que el curling en Finlandia despierta pasiones… No, no, esas cosas sólo las hacen los plastas de los futboleros.

Yo no puedo llegar a entender por qué a la gente le gusta el fútbol: Veintidós tíos corriendo por un campo verde detrás de un balón, cuyo único objetivo es meterlo entre unos palos con una red. ¡Eso es la cosa más aburrida del mundo! ¡Si es más lento que una película se Sukúrov! Por no hablar del soniquete soporífero, y con susto incluido, de los comentaristas: “Nosequien pasa la pelota a nosecuantos, fulanito se la quita y se la pasa a menganito, pero llega el macarra supermilloniario le pone la zancadilla y oohhh, cae al suelo! El arbitro le saca la tarjeta roja al macarra supermilloniario que se encara con él. Los seguidores insultan al árbitro y se lían a hostias con los del equipo contrario…. Pero el chaval millonario del otro equipo tira el penalti y gooool gol gol gol gol goooool del chaval millonarioooo!” (Que alguien me explique dónde está la gracia).

Pero más allá de que sea un coñazo terrible, lo que menos me gusta del fútbol es todo el poder que se mueve entorno a él. La mayoría de los presidentes de los equipos de fútbol son unos mafiosos o aspiran a ello. La mayoría de los jugadores son unos chavalines ignorantes que ganan demasiado dinero como para saber gastarlo bien. Y la mayoría de los seguidores han caído en la trampa del “pan y circo”. El mundo va de mal en peor, el país se va a la mierda, todos los políticos que tenemos son unos inútiles invotables, pero ellos están contentos porque ha ganado su equipo, Olelé, Olalá! El Atletic ha ganado la copa de Europa y el Barça la liga, sólo falta que España gane el mundial (espero que no, por Dios) y entonces la gente se olvidará de que existe la crisis y todos seremos felices, comeremos pan, beberemos cerveza (Dam) y veremos el fútbol. ¡Oeoeoe, si hay fútbol no hay crisis!

Como veis, me encanta hacer amigos…