lunes, 27 de junio de 2011

Fuckin' Utabón

Después de un largo periodo de inactividad, retomo el blog haciendo una catarsis:

Lo confieso, hace años que soy adicta al utabón. Y eso que coño es? Pues es un sprai nasal que empiezas usando porque te constipas y no respiras bien. Pero si no lo cortas a tiempo acabará haciendo un efecto rebote que te enganchará de por vida. Ya no podrás respirar sin pegarte un chute, te despertarás en mitad de la noche con sensación de ahogo y te convertirás en yonki de la Oximetazolina. No, no es el argumento de una peli de terror y sí, es tan malo como parece.

  
Acabo de volver de la farmacia, (una en la que no me conocen), he pedido utabón y el chico me ha preguntado: “¿Cuántos kilos?”, luego su compañero ha dicho: “Dale la garrafa de 5 litros” Y yo me he quedado blanca pensando “Tanto se me nota!” E inmediatamente después he pensado “¿Hay una garrafa de 5 litros? Hostia, me la llevo!” Luego el chico me ha dicho: “Es broma, eh?” Yo le he sonreído pensando “Ay, si tu supieras, hijo…”

Claro, es que esto de ser yonki legal es un problema, porque tienes que ir cambiando de farmacia para que no te miren mal. Los yonkis ilegales tienen su proveedor habitual que les vende la droga y no les juzga. Cuando vivía en Cuenca, que es una ciudad con un nº limitado de farmacias, ya me conocían en unas cuantas, sobre todo en la debajo de mi casa, donde cada vez que entraba me miraban fatal. Seguro que se decían: “Mira, ahí viene la colgada del utabón”. Llegué al punto de engañar a una amiga para que entrara a comprármelo (Helen pondremos tu nombre en el tablón de honor de utabonianos anónimos). Luego me fui a vivir a Madrid. No, no lo hice porque allí hubiera más farmacias, eh? Aunque fue un alivio que no me miraran mal. Pero es muy estresante ir recorriéndote la ciudad en busca de una farmacia virgen. Aún así en las de mi barrio repetía, porque las tenía cerca, eso sí, dejando un tiempo prudencial entre compra y compra. Lo más divertido es cuando te encuentras con la típica farmacéutica (siempre son mujeres) que te dice: “Esto no lo tomes más de 3 días que crea adicción” Y tu le contestas. “¿Ah sí? No, no, descuida que no lo tomaré más de 3 días” (dentro de 3 días me compraré uno nuevo…)

Luego me vine a Barcelona, donde he vivido en varios barrios con sus respectivas farmacias. Aquí, cuando repito farmacia lo que hago es ir cambiando de idioma, una vez lo pido en castellano, otra en catalán, para despistar…. De hecho, creo que un día de estos me iré a alguna farmacia de las ramblas y lo pediré en ingles con acento yanki, (que rima con yonki). Mis referencias para moverme por la ciudad son las farmacias, conozco la ubicación de gran cantidad de ellas, podría hacer un callejero farmacéutico. Y me da una alegría tremenda cuando me encuentro con una que no conozco. Para celebrarlo, entro y compro utabón, por supuesto. 

En fin, llegados a este punto supongo que pensáis que estoy fatal. Correcto, no lo voy a negar. Alguno pensará: “pues vaya chorrada de adicción, si no lo dejas es porque no quieres.” Y una mierda, hazte adicto al utabón y verás! He intentado dejarlo varias veces. La primera vez fui al médico y cuando se lo conté soltó una carcajada (qué cabrón). Me puso un tratamiento y casi me desenganche, pero… volví a constiparme y acabé cayendo en brazos del utabón. Claro ya no volví al médico. Luego lo he intentado varias veces por mi cuenta. Una vez aguanté 8 horas!!! (High pathetical, I know). Pero no hay manera. 

Me alegra saber que no soy la única (mal de muchos, consuelo de tontos) he encontrado un grupo de Facebook: Adictos y ex-adictos al "Utabon adultos": Este es un grupo creado para todas aquellas personas que alguna vez recurrieron al inhalador "Utabon" para despejar sus vías respiratorias y que a partir de ahí se engancharon de tal manera que cada día a la misma hora sentían la necesidad de recurrir al dichoso botecito. 

Voy a ver si sigo alguno de los consejos de mis compañeros de adicción y lo dejo de una vez por todas. Si lo consigo daré una fiesta e invitaré a todos los farmacéuticos de mi vida. Va por vosotros!