miércoles, 22 de octubre de 2008

¡No más Clavelitos!

Hay una leyenda urbana en Cataluña, que dice que da mala suerte ir en el coche escuchando a Perales, vamos que pueden pasar cosas como que se te pinche una rueda o que te salgas de la carretera. Sin que sirva de precedente, me gustaría romper una lanza a favor de mi paisano, no porque me guste su música, (Dios me libre!); sino porque tengo años de experiencia viajando en coche, con mi familia, escuchando a Perales y nunca nos pasó nada. (Bueno, sólo algún que otro dolor de cabeza o un sopor repentino irrefrenable). Sin embargo, he de decir, que Perales no era lo peor que nos ponían mis padres, a mi hermano y a mi, cuando hacíamos viajes largos, (que ya es decir). No, lo peor era LA TUNA!

*(Aviso a tunos navegantes: aquí deberíais dejar de leer)

Ya he expresado en este blog mi odio visceral hacia cosas como los musicales y las putas palomas; bueno pues añado una fobia más: mi total aversión a la tuna, sus clavelitos y las cintas de su capa. Qué horror! ¿Cómo es posible que en este siglo de avances tecnológicos y demás, siga existiendo algo tan cutre?
Voy a tratar de explicar lo que es la tuna, por si hay alguien que no lo sabe: La tuna son unos tipos universitarios, (eternos estudiantes ya cuarentones, en su mayoría), que se ponen unas medias negras, unos pantalones bombachos de la época del Tenorio, unas camisas con puntillas y una capa con cintas y escudos multicolores; y salen a la calle, de esta guisa, armados con bandurrias, guitarritas y panderetas, a cantar canciones pasadas de moda (que ya eran antiguas cuando se compusieron), a pobres damas indefensas. Y lo peor de todo es que ellos piensan que así van a ligar! Si, pues como no sea con alguna mujer del siglo XV a. de C. que haya viajado en el tiempo…

Grupo de tunos cuarentones y felices, (respetemos su anonimato):

Pero lejos de desaparecer, las tunas resisten, ancladas en su pasado, y salen las noches de luna llena a rondar jovencitas de este siglo. En lugares como Cuenca, suelen dar el coñazo en el mes de mayo, porque allí es típico cantar Los mayos a las muchachas casaderas, Que digo yo, ¿qué hemos hecho las mujeres para merecer esto? Luego hay ciudades como Santiago de Compostela, donde el fenómeno tunil alcanza sus más altas cimas. Allí, cuando cae la noche los tunos salen al acecho de sus presas, doblas una esquina y te encuentras una tuna cantando el Clavelitos, corres en dirección contraria y te topas con otra tuna cantando Las cintas de mi capa; y así en cada calle. Es una plaga! Si en Barcelona tenemos las palomas, en Santiago tienen las tunas, y no se que será peor.

También es común que estos seres de los de bandurria en asillero, bombacho antiguo, canillas flacas y capa corredora; se reúnan en alguna ciudad y la invadan deleitándose a sí mismos con su moderno repertorio. Llegados a este punto tengo que contar la cosa más surrealista que me ha pasado nunca, (y eso que a mi me suelen pasar cosas muy raras). Sucedió hace unos años en Barcelona, lugar: el Bar del Pi, de la plaza del Pi. Por aquella plaza rondaban unas cuantas tunas que estaban de encuentros en la tercera fase. Entonces, para huir, entré al bar con unos amigos (que lo pueden corroborar) y de pronto aparecen cuatro chicas! finlandesas! vestidas de tunos!; sacan sus guitarras y se ponen a cantar el Clavelitos y demás. Mis amigos, que son muy felices y no son españoles, estaban muy divertidos con el espectáculo. Pero a mi, a pesar de los surrealista de la situación, empezaba a salirme sarpullido. Luego hablamos con las tunas y descubrimos que eran finlandesas, que no sabían español, y que se habían aprendido las canciones fonéticamente! La pregunta es ¿por qué? No tengo una respuesta, pero este acontecimiento me preocupó mucho. Si la tuna ha llegado a Finlandia, ¿qué será lo próximo, Sri Lanka? Es un fenómeno preocupante, ¿estarán planeando invadir el mundo? Ahora que todos los gobiernos andan ocupados con la crisis, hay que tener cuidado, si los tunos se hacen con el poder la cosa puede ser muy chunga. Nos obligarán a todos a vestir como en la época medieval, a decir cosas como: “Vuestra mercé” o “Pardiez.” Y lo peor de todo pondrán de himno mundial el Clavelitos. ¡Nooooooooo!

(Uf!, sólo era una pesadilla, menos mal!)

3 comentarios:

A dijo...

Estoy contigo, Marta...Esos muchachotes...¡Que no son quiceañeros!...En fin, que le vamos a hacer...Un besazo, amiga y gracias por linkarme, aunque eso de "más interesantes"...ni hablar...Hasta pronto. June.

con la perspectiva dijo...

"Si no fuera porque soy un tunero muy demócrata, me sentiría ofendido. No todos somos iguales. Si quieres te lo demuestro una tarde, vestido de paisano, tomando unos churros con chocolate.

Hasta pronto, fierecilla"

(Este comentario había sido eliminado por la administradora del blog; pero yo conseguí una copia, esta que brindo gratis en exclusiva para todos vosotros)

anticolometa dijo...

¿No jodas que eres tuno? Oh, estamos rodeados, socorro!
Cuando invadáis el mundo, por favor, no seáis muy duros con nosotros.

(By the way, yo no he eliminado ningún comentario. Es una estrategia de los tunos para desacreditarme)